18 marzo 2011

Una Palabra tuya...




Se ha pasado el mucho tiempo y tantas ganas de escucharte, que en cada momento que no te escucho es impotencia, cambiar la rueda y poder lograr ver en ella aquellas frases que lo digan todo y llenen más que un corazón.

Te he buscado en mi memoria, en mis pensamientos, el anhelo de tenerte solo se vive entre sueños, donde estas y donde estoy…

Me encuentro con tantas palabras pero ninguna me lleva al sueño de soñar, ninguna me deja con susurros, con lágrimas de alegría, ninguna me deja sin aliento, sin un toque, aquel rose que solo hacen aquellas palabras que provienen de ti.

Sin esas palabras grandes o pequeñas, tal vez un hola, un te amo o un volveré, es el alimento que espera mi alma como el pan y el vino que se espera en una eucaristía.

Me encuentro con voces graves y agudas que expresan su felicidad, tristeza e inconformidad, ninguna que me acaricie los labios, ni que me intimide tiernamente, ninguna que me deje en silencio y que me recobre las ganas de hablar, ninguna voz que me saque la sonrisa porque solo una gran vos que se escucha en la distancia es la única que logra hacer revivir algo que nunca ha sido vivido, lleno de amor, lleno de todo en tan solo un susurro.

Me encuentro escribiendo tal vez un poema, un escrito algo sin sentido, una carta, una queja, un reclamo, una belleza, un ensayo, un no sé que, me encuentro diciendo que tal vez me hacen falta tus palabras porque son las únicas que me gustan tomar aunque sé existen otras que pueden levantar más que las tuyas, pero es que la de él son para el espíritu, para llenar a un corazón de valentía, para sentir que todo se puede, para amar al projimo, para alabanza y gloria a él... las tuyas me enamoran, me derriten y me vuelven un ser lentamente débil, me suben, me bajan, me reclaman, me apoyan, no me destruyen, me nutren de aprendizaje, me enseñan, me llenan aun mas de razón, me hablan y me escuchan, me consienten, me entristecen, me llevan a soñar y despertar de un sueño.

Si todo esto hacen tus palabras, que por favor no desaparezcan no quisiera quedarme perdida y morir sin ellas, ahora sé que lloro tal vez de una alegría, tal vez tenía que llorar, o simplemente una triste alegría, porque escribirte como te escribo ahora es un privilegio de verdad una belleza, jamás creí que volvería ha escribir de esta manera tan simple, tan fuerte, tan amable y tan profunda, la profundad de mi alma que desea que lo escriba, acompañando mis lagrimas y mi garganta en silencio, el pensamiento y el corazón son quienes tratan de explicarte, tal vez de decirte que sin tus dulces palabras nada de lo que soy ahora sería una verdadera dicha, ni mucho menos una realidad…

Con amor profundo quien te ama cada instante Marliz.

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